viernes, 16 de abril de 2010











                              TRES ESTAMPAS LIMEÑAS (1)


UNO

Camino hacia la plaza San Martín: jóvenes ansiosos aguardan a la entrada de una discoteca, marginales travestís utilizan las esquinas como mostradores, inmundos ladronzuelos amenazan la tranquilidad de los transeúntes. Veo mi reloj, son las 10:35 p.m. La noche recién empieza, me digo. Nada más estimulante en estos tiempos.

DOS

Dos mujeres discuten acaloradamente, forcejean, una de ellas cae al piso. "Ojalá te mueras", exclama la mujer más joven, al tiempo que la otra es auxiliada por un adolescente. "Hay que disculparla, no está en ella", exclama la mujer mayor ya reincorporada. "Eso te pasa por no entregarme mis cigarrillos", es lo último que alcanzo una escuchar.

TRES


Imposible determinar qué fue lo que me atrajo de ella. Sus verdes y achinados ojos eran como los de un gato. Su rostro asemejaba una pera y brillaba como la piel de un pez. Sus hombros eran del color de la miel y sus senos parecían de migas de pan. Su ajustado trasero era una señal perfecta y los dedos de sus pies se mostraban torpes y escandalosos. No tenía más de dieciséis años y ya era puta. Tal vez por eso fue que llamó mi atención.

( 1 ) Estas estampas fueron redactadas entre los meses de julio y diciembre de 1995.

miércoles, 14 de abril de 2010















 







NACIDO PARA CREAR: UNA REFLEXIÓN EN TORNO A FRANK GEHRY (1)

Para Valentina Brero, afectuosamente


Frank Gehry es un amante de la libertad, un creador que siempre tuvo una mirada distinta a la de sus contemporáneos, un ser humano diferente. Disciplinado e intuitivo, rasgos que están presentes en él desde muy joven, su método de trabajo es similar al de un científico: luego de haber concebido “algo” (idea), coge un papel y realiza un boceto. De allí, lo demás implica agregar, quitar, recortar, invertir, retirar, consultar y escuchar las sugerencias de sus colaboradores más cercanos. En ese sentido, la experimentación es la constante que orienta la elaboración/construcción de la maqueta y, por lo tanto, de la obra.


Para Gehry, descubrir la composición de aquello que ha concebido es el objetivo a alcanzar. Es en ese momento que la experiencia creativa irrumpe, cuando el boceto se convierte en registro (documento) y la actividad y reflexión se hacen presentes hasta que su labor concluye. Como en una intervención artística, el objetivo (obra) se transforma en un espectáculo que empieza en un estudio y termina - pero solo en apariencia ya que la reflexión en torno al nuevo museo, edificio, coliseo, casa o escultura es adoptada por críticos, colegas, detractores, artistas, amigos y público en general - en un espacio público concreto.

Enfrentado al sistema (sociedad) en sus inicios, batalla en la que todo visionario ha participado a lo largo de la historia de la humanidad, son el amor, el psicoanálisis y el trabajo en equipo, los puentes que le permiten reconciliarse consigo mismo (primero) y con el mundo (después). “No creo que pudiera hacerlo solo” ha manifestado en muchas oportunidades el maestro. Como sucede con el trabajo de los más destacados creadores, cuando Gehry contempla la obra terminada suele sentir cierta disconformidad, pues en ese momento reflexiona en todo lo que pudo hacer y no hizo. Es el fenómeno de la insatisfacción frente a la obra acaba. O la irrupción del genio que permanentemente lucha por transformar el mundo y alcanzar la inmortalidad.

(1) Recomiendo ver el documental de Sidney Pollack, Scketches of Frank Gehry (2005).