miércoles, 24 de marzo de 2010




LUPE


Trabajaba en la Guerrero, a pocas calles de la casa de Julián
y tenía 17 años y había perdido un hijo.
El recuerdo la hacía llorar en aquel cuarto del hotel Trébol,
espacioso y oscuro, con baño y bidet, el sitio ideal
para vivir durante algunos años. El sitio ideal para escribir
un libro de memorias apócrifas o un ramillete
de poemas de terror. Lupe
era delgada y tenía las piernas largas y manchadas
como los leopardos.
La primera vez ni siquiera tuve una erección:
tampoco esperaba tener una erección. Lupe habló de su vida
y de lo que para ella era la felicidad.
Al cabo de una semana nos volvimos a ver. La encontré
en una esquina junto a otras putitas adolescentes,
apoyada en los guardabarros de un viejo Cadillac.
Creo que nos alegramos de vernos. A partir de entonces
Lupe empezó a contarme cosas de su vida, a veces llorando,
a veces cogiendo, casi siempre desnudos en la cama,
mirando el cielorraso tomados de la mano.
Su hijo nació enfermo y Lupe prometió a la Virgen
que dejaría el oficio si su bebé se curaba.
Mantuvo la promesa un mes o dos y luego tuvo que volver.
Poco después su hijo murió y Lupe decía que la culpa
era suya por no cumplir con la Virgen.
La virgen se llevó al angelito por una persona no sostenida.
Yo no sabía que decirle.
Me gustaban los niños, seguro,
pero aún faltaban muchos años para que supiera
lo que era tener un hijo.
Así que me quedaba callado y pensaba en lo extraño
que resultaba el silencio de aquel hotel.
O tenía las paredes muy gruesas o éramos los últimos ocupantes
o los demás no habrían la boca ni para gemir.
Era tan fácil manejar a Lupe y sentirme hombre
y sentirme desgraciado. Era fácil acompasarla
a tu ritmo y era fácil escucharla referir
las últimas películas de terror que había visto
en el cine Bucareli.
Sus piernas de leopardo se anudaban a mi cintura
y hundía su cabeza en mi pecho buscando mis pezones
o el latido de mi corazón.
Eso es lo que quiero chuparte, me dijo una noche.
¿Qué, Lupe? El corazón.




EN LA SALA DE LECTURAS DEL INFIERNO

En la sala de lecturas del Infierno
En el club de aficionados a la ciencia-ficción
En los patios escarchados
En los dormitorios de tránsito
En los caminos de hielo
Cuando ya todo parece más claro
Y cada instante es mejor y menos importante
Con un cigarrillo en la boca y con miedo
A veces los ojos verdes
Y 26 años
Un servidor


Roberto Bolaño. Los Perros Románticos. Editorial Lumen. Barcelona. 2000.

6 comentarios:

  1. hola he encontrado un lugar donde no sentir que la soledad me ahoga ,gracias

    ResponderEliminar
  2. una pregunta? ?LUPE es una experiencia propia o recopilada ?

    ResponderEliminar
  3. LUPE es un poema del escritor chileno - mexicano Roberto Bolaño, y forma parte del libro Los Perros Románticos.

    ResponderEliminar
  4. hola esta interesante todo , quiera saber mas de ti a que te dedicas , tus aficiones , haber si nos concemos que dices

    ResponderEliminar
  5. Josefa, échale un vistazo a mi perfil. La información básica la encuentras allí. Saludos cordiales.

    ResponderEliminar